El gobernador de Tokyo, Shintaro Ishihara declaró el lunes 14 de Marzo pasado que el terremoto fué "un castigo divino" para lavar "el egoísmo de los japoneses" sacudiendo así a la opinión pública japonesa.
"La identidad del pueblo japonés se caracteriza por el egoísmo. Estaría bien bien hacer uso de este tsunami para lavarlo y estoy convencido de que el cataclismo fué un castigo del cielo", explicó el gobernador según reproduce la agencia Ansa.
Durante una conferencia de prensa, se le había pedido a Ishihara comentar sus impresiones sobre la respuesta del pueblo nipón ante la catástrofe.
Sin embargo, el funcionario de 78 años, intentó al concluir la reunión remontar sus palabras y al referirse a las víctimas del terremoto las definió como "pobrecitas". Imprimir artículo
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